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El Tratado Antártico

  • Foto del escritor: nacionesenruinas
    nacionesenruinas
  • 13 jul
  • 4 Min. de lectura

El continente Antártico, con sus vastos paisajes helados y ecosistemas únicos y propios, ha sido objeto de interés científico, político y estratégico desde hace más de un siglo. Para evitar conflictos sobre la soberanía en el terreno y asegurar el uso pacífico del mismo, en 1959 se firmó el Tratado Antártico, acuerdo internacional que ha servido como ejemplo de cooperación mundial, al menos hasta el día de hoy.


¿Qué es?

Es un acuerdo internacional firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington D.C., por 12 países, y que entró en vigor el 23 de junio de 1961. Su objetivo principal es garantizar que la Antártida se utilice exclusivamente para fines pacíficos y científicos, evitando la militarización y la explotación económica sin control de un continente sin soberanías.


¿Quiénes firmaron originalmente el Tratado Antártico?

Pese a que actualmente más de cincuenta países han firmado el tratado, originariamente lo hicieron:


  • República Argentina.

  • Mancomunidad de Australia.

  • Reino de Bélgica.

  • República de Chile.

  • República Francesa.

  • Estado de Japón.

  • Nueva Zelanda.

  • Reino de Noruega.

  • República Sudafricana.

  • Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

  • Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

  • Estados Unidos de América.


¿Quién más ha firmado el Tratado?

Actualmente, un total de 56 países han firmado el Tratado Antártico. De ellas, 29 naciones tienen derecho a voto en las reuniones del Tratado, puesto que son consideradas como “Partes Consultivas” y han demostrado una actividad sustancial en la Antártida.


Por su parte, hay otros 27 Estados que cuentan con el estatus de “Partes No Consultivas”, los cuales se han adherido al tratado, pero no tienen derecho a voto porque no realizan actividades significativas en el continente.


Los países que tienen derecho a voto son: Chile, Argentina, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Reino Unido, Noruega, EEUU, Rusia, Brasil, Perú, Uruguay, India, China, Corea del Sur, Japón, España, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos, Polonia, Chequia, Bulgaria, Ucrania, Suecia, Ecuador, Sudáfrica y Finlandia.


Mientras, los que no tienen el derecho a veto pero sí son firmantes del Tratado: Canadá, Cuba, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Venezuela, Portugal, Islandia, Dinamarca, Estonia, Bielorrusia, Suiza, Austria, Hungría, Eslovenia, Eslovaquia, Grecia, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Pakistán, Kazajstán, Corea del Norte, Mongolia, Malasia, Mónaco y Papúa Nueva Guinea.


El resto de Estados no son firmantes del Tratado. No obstante, una gran cantidad de ellos sí firmaron la CCAMLR (Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos). En consecuencia, países como Panamá, Vanuatu o Mauricio, no han firmado el Tratado Antártico, pero sí la CCAMLR. Sin embargo, se considera que el tratado tiene carácter erga omnes (obligatorio para todos), pese a no haberlo firmado directamente. Pero, no se obliga a los países no firmantes.


Principales disposiciones del Tratado

  1. Uso exclusivo para fines pacíficos: Se prohíbe toda actividad militar, como el establecimiento de bases, maniobras o pruebas de armas.

  2. Libertad de investigación científica: Se garantiza la cooperación internacional en la investigación, con libertad para llevar a cabo estudios científicos y compartir resultados. Hoy en día, hay 82 bases científicas alrededor de la Antártida, gestionadas por 31 países.

  3. Suspensión de reclamos territoriales: El Tratado congela todos los reclamos de soberanía existentes y no permite nuevos reclamos mientras esté en vigor. Existen reclamaciones de Chile, Argentina, Australia, Reino Unido, Francia, Noruega y Nueva Zelanda, actualmente en “pausa”.

  4. Prohibición de explosiones nucleares y desechos radiactivos: Está prohibido realizar pruebas nucleares y almacenar residuos radiactivos en la región. Hecho que se tipificó tras sucesos como el “Incidente Vela”, por el cual se especuló sobre una posible detección de una prueba nuclear por un satélite estadounidense el 22 de septiembre de 1979 en el territorio de Sudáfrica que coincide con las Islas del Príncipe Eduardo, se cree que la prueba nuclear era conjunta entre Sudáfrica e Israel.

  5. Inspección y transparencia: Los Estados pueden inspeccionar las instalaciones de otros países en la Antártida, fomentando la confianza mutua.


El Sistema del Tratado Antártico

Además del tratado original, el sistema incluye otros acuerdos internacionales conocidos como “medidas complementarias” o “instrumentos secundarios”; tales como:


  • Convenio para la Conservación de las Focas Antárticas (1972).

  • Convenio para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980).

  • Protocolo de Madrid sobre Protección del Medio Ambiente (1991): Prohíbe la explotación minera y establece medidas estrictas de protección ambiental.


Importación científica y ecológica

La Antártida es un laboratorio natural donde los científicos estudian el cambio climático, la evolución de especies extremófilas y el comportamiento de ecosistemas poco alterados por el ser humano. El Tratado ha permitido que estos estudios se realicen sin conflictos, en un entorno de colaboración internacional.


Desafíos actuales

Aunque el Tratado ha sido exitoso, enfrenta desafíos a tener en cuenta. Entre ellos, el cambio climático, el cual afecta al ecosistema antártico, especialmente mediante el deshielo , elevando el nivel del mar. Por otro lado, el interés económico creciente por los recursos minerales, pesca y turismo requieren una regulación más estricta si se quiere evitar choques innecesarios. Asimismo, las disputas sobre la soberanía y el acceso a los recursos podrían hacer resurgir tensiones geopolíticas pasadas y con perspectivas de futuro.


El Tratado Antártico es el mayor ejemplo histórico de cooperación internacional, el cual demuestra cómo los países pueden unirse para proteger un territorio único en beneficio de toda la humanidad. En un mundo de competencia y conflictos, la Antártida sigue siendo un continente dedicado a la paz y a la ciencia, gracias al Tratado Antártico.




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